“Yo soy yo y mis circunstancias”
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Esta frase, parida por
el filósofo español José Ortega y Gasset es una de las que desde que la oí por
primera vez en una clase de bachillerato, allá por los primeros sesenta del
siglo pasado, más me ha calado porque creo que es una frase redonda, completa,
acabada, que expresa rotunda y definitivamente la realidad de cualquier persona de cualquier nivel social,
formación, credo, ideología, convicciones, etc.
Las personas pueden ser ricas,
pobres, mayores, jóvenes, creyentes,
ateas, líderes, masas, inteligentes, torpes o de cualquier otra condición pero
al final de todas las posibilidades, lo que define y condiciona a cada cual son
sus circunstancias, el mundo en el que se desenvuelve y los factores que le
influyen.
Se pueden
tener proyectos, ilusiones, anhelos, objetivos de creatividad y desarrollo de
programas sesudamente preparados y elaborados pero serán “las circunstancias”
las que determinen su éxito, su desarrollo discreto o el fracaso más absoluto.
Estas cosas
suceden en todos los órdenes de la vida: profesional, familiar, de cultivo del
ocio y de las relaciones humanas…
Cuántos
proyectos mediocres salen adelante porque encuentran un clima favorable que los
alienta, impulsa y los conduce al triunfo. En cambio, cuántas iniciativas,
cuántos sueños, cuántas ilusiones quedan aparcados, marginados, anulados por no
encontrar las condiciones adecuadas para
tener su oportunidad.
Por
extensión, en el terreno de las relaciones personales ocurre otro tanto:
cuántas personalidades quedan anuladas o muy limitadas por debilidad ante la
influencia de otras fuertes, dominantes, déspotas y egoístas que cortan sus
iniciativas y sus derechos a la expansión y a la expresión, por conductas que
no tienen justificación: afán de dominio, celos, desconfianza o inseguridad.
Sin embargo
cuánta vulgaridad prevalece sobre valores positivos porque halla el clima
propicio, quien le dé eco y apoyo.
La condición
de individuo dominante, tirano, sobre otros es independiente del sexo, la edad
o la condición social. Existe un dominio real en muchos campos que anula otras personalidades,
muchas veces ligado a una tiranía psicológica que lleva consigo además, un
cierto temor que denigra a la otra persona.
Todas las
mencionadas situaciones pueden verse con solo ser una persona observadora del
entorno, de los medios, de la realidad…
Después de
más de medio siglo, sigo manteniendo que la frase: “Yo soy yo y mis
circunstancias” es una afirmación siempre vigente, de tal certeza que, aplicada
a cualquiera, define perfectamente su conducta, su medio, su realidad.
El Puerto de Santa María, 19.09.2014
Autor-propietario:
José Teodoro Pérez Gómez
Cuanta verdad has plasmado en tu texto Pepe, y que bien has sabido expresar lo que la frase en si, encierra. Tiene tanto peso...Ahora yo, debo dejarte, porque mis circunstancias, no me permiten seguir leyéndote como ahora mismo me apetece.
ResponderEliminarUn cordial saludo mi buen amigo.
Margary.
Una gran verdad es lo que expresas,pero eso lo suelen ignorar muchas personas porque no se molestan ni siquiera en pensar,les llega con creerse superiores. Un saludo.
ResponderEliminarYo reafirmo lo que nos comentas, a veces por muy buena que sea una idea, o feliz que sea una vida, o excelente que sea un proyecto, si las circunstancias que envuelven el momento no son propicias pueden acabar pasando sin pena ni gloria y olvidados en un cajón. Pienso y creo que a la mayoría de nosotros, en más de una ocasión durante nuestras vidas habrá habido cosas que podrían haber sido mejores y sin embargo por las circunstancias del momento acabaron escapando por puertas y ventanas, poros y grietas y no logramos llevarlas adelante hasta lograr un buen fin. Sí, el clima propicio se da en ocasiones, sin embargo estas no son siempre las idóneas y pueden torcerse en milésimas de segundo.
ResponderEliminarEs curioso pero bien cierto, la verdad es que a mí cuando escuché esta frase por vez primera también me caló hondo.
Besos y feliz domingo.
Amiga Margary, espero que "tus circunstancias" te permitan un amijita de asueto para disfrutar de ti isma, que eso también es importante.
ResponderEliminarTe agradezco mucho que te hayas acercado y me dejes tu punto de vista, siempre interersante.
Un beso.
Katiuska, creo que llevas razón. en la vida no se puede ir de presuntuosos, hay que ir con meodestia, lo cual no significa que haya que humillarse ante nadie, pero tampoco mostrando el ombligo porque eso lo tenemos todos.
ResponderEliminarGracias por acercarte por aquí .
Saludos cordiales.
FG, Ser además de nosotros mismos, "nuestras circunstancias" pienso que es una fotografái clarísima de la realidad de cada cual. Los factores que nos rodean, del tipo que sean: ambientales, familiares, económicos, sociales, la propia intelectualidad, etc., acaban determinando nuestras conductas y nuestras propias opciones ante la vida.
ResponderEliminarGRacias amiga. Un abrazo
Una afirmación muy cierta, llena de tantas connotaciones J.Teodoro!
ResponderEliminarcada individuo, como ser, tiene su ideología, sus rasgos y todo auello que le rodea a lo largo de su vida. El entorno, la familia, amistades, trabajo, estudios.. todo ello le va configurando como persona.
A veces podríamos ser reseteados como los ordenadores no? así habría cosas que se podrían borrar para siempre y dejar solo las escogidas. Aunque, por otro lado, también es cierto que los malos momentos o los fracasos también nos ayudan a no repetirlos, a estar más en alerta, ¿no es cierto?basta un poco de memoria selectiva jeje.
Saludos
Rosa
Rosa, tienes que disculparme. He tenido muy dejado al margen este blog. Y ver tu comentario me ha gustado mucho. te lo agradezco de veras. Me quedo con "Los malos momentos nos ayudan a no epetirlos". Yo diría que, al menos, a intentarlo, porque también es cierto que "el ser humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra".
ResponderEliminarQue tengas un muy feliz 2015.
Saludos cordiales.