viernes, 3 de octubre de 2014

FRASE ACABADA




                   “Yo soy yo y mis circunstancias”   


                           
                                
          Esta frase, parida por el filósofo español José Ortega y Gasset es una de las que desde que la oí por primera vez en una clase de bachillerato, allá por los primeros sesenta del siglo pasado, más me ha calado porque creo que es una frase redonda, completa, acabada, que expresa rotunda y definitivamente la realidad de cualquier persona de cualquier nivel social, formación, credo, ideología, convicciones, etc.
          Las personas pueden ser ricas, pobres,  mayores, jóvenes, creyentes, ateas, líderes, masas, inteligentes, torpes o de cualquier otra condición pero al final de todas las posibilidades, lo que define y condiciona a cada cual son sus circunstancias, el mundo en el que se desenvuelve y los factores que le influyen.
          Se pueden tener proyectos, ilusiones, anhelos, objetivos de creatividad y desarrollo de programas sesudamente preparados y elaborados pero serán “las circunstancias” las que determinen su éxito, su desarrollo discreto o el fracaso más absoluto.
          Estas cosas suceden en todos los órdenes de la vida: profesional, familiar, de cultivo del ocio y de las relaciones  humanas…
          Cuántos proyectos mediocres salen adelante porque encuentran un clima favorable que los alienta, impulsa y los conduce al triunfo. En cambio, cuántas iniciativas, cuántos sueños, cuántas ilusiones quedan aparcados, marginados, anulados por no encontrar las condiciones adecuadas para  tener su oportunidad.
          Por extensión, en el terreno de las relaciones personales ocurre otro tanto: cuántas personalidades quedan anuladas o muy limitadas por debilidad ante la influencia de otras fuertes, dominantes, déspotas y egoístas que cortan sus iniciativas y sus derechos a la expansión y a la expresión, por conductas que no tienen justificación: afán de dominio, celos, desconfianza o inseguridad.
          Sin embargo cuánta vulgaridad prevalece sobre valores positivos porque halla el clima propicio, quien le dé eco y apoyo.
          La condición de individuo dominante, tirano, sobre otros es independiente del sexo, la edad o la condición social. Existe un dominio real en muchos campos que anula otras personalidades, muchas veces ligado a una tiranía psicológica que lleva consigo además, un cierto temor que denigra a la otra persona.
          Todas las mencionadas situaciones pueden verse con solo ser una persona observadora del entorno, de los medios, de la realidad…
          Después de más de medio siglo, sigo manteniendo que la frase: “Yo soy yo y mis circunstancias” es una afirmación siempre vigente, de tal certeza que, aplicada a cualquiera, define perfectamente su conducta, su medio, su realidad.
El Puerto de Santa María, 19.09.2014
Autor-propietario:
José Teodoro Pérez Gómez