LA INFANCIA
El
niño debe ser
feliz, merece una preciosa infancia llena de dichas porque el niño (como debieran ser todos los niños) no tiene conciencia de los problemas que existen ahí mismo, más cerca de lo
que pudiera imaginar. . La niñez debiera
ser la etapa básica de la
vida (aunque todas las demás también tengan sus
propios valores), pues en ella se van haciendo las bases del adulto feliz,
responsable que podrá hacer feliz a otras personas y ser ,¿por qué no? también útil a la
sociedad.
Sin
embargo, sin necesidad de irse a los lamentables espacios del tercer mundo, en torno nuestro, conviviendo casi con nosotros, existen niños desgraciados que los factores más negativos posibles les marcan desde pequeños: marginación, abandono, explotación en su sentido más amplio, falta de acceso a la educación, despreocupación de una sociedad egoísta y consumista que en connivencia con una administración irresponsable, les arrebata "esa niñez" a la que tienen derecho, impidiéndoles cualquier derecho a una realización integral como persona.
Quienes
ya tenemos cumplidas bastantes décadas vimos en su día otra manera de hurtar a los niños su infancia. Es verdad que las grandes lacras actuales: droga,
pederastia, guerras en las que se recluta a los niños, etc., no eran conocidas, o al menos no tenían la fuerza y la influencia actual, pero los niños cuando apenas levantaban unos palmos del suelo ya eran destinados
al trabajo, a veces de forma denigrante en labores que físicamente no podían por sus débiles fuerzas o por tener que cumplir jornadas interminables con
una alimentación precaria y una higiene deficiente, soportando las inclemencias del
tiempo y la tiranía de los
jefes, casi dueños, (en
muchas ocasiones, sus propios padres),
que les sometían a
tremendas represiones, llegando incluso al castigo físico, sustrayéndoles la infancia totalmente. Éstos, o muchos de éstos niños, no
disfrutaban de un día de fiesta, ni de la celebración de su onomástica o cumpleaños. No tenían juguetes ni nada que se le pareciese y, lo más lamentable: nadie les daba un beso o les hacía una caricia, o les decía “te quiero”.
Creo
que la infancia es una etapa (como todas las del ser humano), totalmente
irrenunciable, de la que nadie puede ser privado porque aun siendo adultos
deberíamos tener a
mano, en nuestro interior, la candidez e ingenuidad del niño que fuimos para quitar un poco de maldad a este mundo.
Creado el 17.01.2013
Autor-propietario:
José Teodoro Pérez Gómez