Foto tomada de internet
Frío, yerto, está mi cuerpo, helado de calentura, flácido, desvalido,
sin fuerzas y sin apetito, ni sed, ni ansia, ni lujuria, ni ciencia. Soy una
brizna de vida gris, débil y mortecina, que la enfermedad ha apocado
quitándole, bríos, lozanía, afanes, alegrías, inquietudes, bienestar y dicha.
¿Qué me hace aguantar? ¿Qué retiene mi ida? ¿Por qué sigo sentado
en mi sillón sin arrestos para
levantarme y caminar unos pasos, siquiera de aquí a la cocina? ¿Por qué mi
mente activa me manda lanzarme p’arriba
y mis carnes doloridas, se resisten impedidas?
Sólo me mantiene asido a este mundo extraño y cruel un hálito de
esperanza, una ilusión por terminar tareas que inacabadas, hace mucho, fueron
emprendidas.
¡Un caldito caliente! ¡A ver! ¿Quién, me trae un caldito caliente? Una
sopita hervida que anime mis entrañas, que remueva mis tripas para ver si me
levanto para ir al buró, tomar mi block y escribir unas líneas; usaré una de
mis plumas de la gradilla, esa plateada de trazo delgado que hace la letra
fina.¡Vamos, mi caldito! ¿Mi sopa, aunque sea de yerbabuena y pastilla! No
importa, solo exijo que esté calentita.
Pero nadie oye mi voz, nadie escucha mi súplica. ¿Adónde están todos?
¿Adónde fue mi familia? ¡Pobre de mí! ¿Quién me ayuda? ¿Es posible que se pueda
dejar solo ...... (¿solo?), sí, estoy solo, a un pobre convaleciente que no
puede valerse para nada, por sí mismo. Pero... ¿qué debo hacer? ¿Es que la
soledad es el ejercicio de mi recuperación? El aislamiento ¿es la
rehabilitación que me corresponde? Pues... ¡andando! ¡adelante! Avanzaré con mi
pie izquierdo, me asiré fuerte a los brazos de mi sillón y tomaré impulso, a
ver qué pasa. Bien, ¡vamos! ya está el pie ¡arriba el impulso! ¡Catastrás!
Jadeo intensísimo, pulso muy acelerado
¿qué ha sido eso? ¡Vaya golpe!.
Abro los ojos muy asustado; tomo conciencia de la realidad; paulatinamente
se me van haciendo familiares los muebles, la lámpara..., van tomando forma,
definidos por la escasa luz que entra por entre las rendijas de la persiana,
todas las cosas que están en torno a mí.
¡Vaya susto! ¡Qué ansiedad! ¿Menuda situación! Menos mal, todo ha sido
una afortunada (¡quién lo diría!), mala pesadilla.
Deben haber sido unos segundos en los que ha sucedido todo el
acontecimiento. ¡Misterios de la mente! Reconstrucciones posibles basadas en la
experiencia adquirida, incrementada por la libre actividad subconsciente.
Ahora despierto, con el pleno dominio de mis facultades, con la
erización del vello, ya pasada. Evoco la situación que me angustiaba, tratando
de encontrarle una explicación a su significado, además de descubrirle una
ilación lógica, coherente, según los cánones de comportamiento normal que
mostramos al estar despiertos.
¿Nada! ni la más mínima cohesión
aparente con ningún acontecimiento vivido, o al menos que yo recuerde.
Está comprobado que la mente, usando la facultad de la memoria, la
utiliza como almacén en el que entran muchas informaciones, no siempre con un
criterio claro de orden y colocación como los libros en las estanterías de una
biblioteca, agrupados por áreas de conocimiento; la memoria, insisto, parece
ser que puede guardarlos sin más, siendo el orden únicamente la posibilidad de interrelación entre los datos
de la más diversa índole y procedencia, según las necesidades o la voluntad del
sujeto, actuaciones que implican las existencias en la memoria , por la
especulación consciente, o subconsciente, incrementando así el acervo cultural
del pensante, además de sus capacidades para establecer intercomunicaciones
múltiples y muy variadas, proporcionándole una visión amplia y enriquecedora
desde cualquier campo de tratamiento del acontecer de los elementos de la
Naturaleza, de las potencias y pulsiones humanas y sus propiedades, con un
toque investigador técnico-científico que proporciona una determinada
experiencia traducida en “cultura”, “saber”...
Concluiré mi investigación breve, tras este también breve razonamiento,
afirmando que mi pesadilla-sueño, no ha sido más que una respuesta, o mejor, la
creación de una situación potencialmente viable, pero virtual totalmente,
basada en unas determinadas interconexiones inconscientes de elementos variados
existentes en mi memoria, que han entrado en actividad en un momento de una etapa del sueño, que escapan
al control de la voluntad.
Si
hubiera otra explicación más sólida podría corregirse la que acabo de dar, por
lógica.
Creado el 06.02.04
Publicado el 05.07.2012
Autor-propietario
J.Teodoro Pérez G.