miércoles, 8 de febrero de 2012

Toma de decisiones




Cuando hay que tomar decisiones, en las que se valora el quehacer, ascendencia sobre equipos, prestigio, servidumbre, prerrogativas, imagen del protagonista que se entrega al servicio del colectivo, a la protección de la proyección del mismo con ardor, empeño y vocación, este colectivo no ve si no es a través, del prisma de la envidia, del recelo, de la incomprensión, de la indiferencia, o sea “ a la ligera “ y sin rigor ni ecuanimidad
Pero… ¿qué más da? ¿Qué queda? No pretendas permanecer en la historia, eso solo corresponde a unos pocos, para ser criticados eternamente. Debe bastarte tu satisfacción personal, si es que existe, si se dan las circunstancias para que así sea. ¡No olvides que tienes una misión! Estés donde estés, hagas lo que hagas, hazlo pensando en que sea útil a alguien; lo demás es secundario. Eso sí, hazlo dignamente, sin orgullo ni pusilanimidad, sí con entereza y responsabilidad.
Tus argumentos han de ser sólidos pero de apariencia sencilla y, ni siquiera el juicio injusto debe tener relevancia para ti. ¿Quién eres tú? Tú eres un ser humano, constructor en la construcción, caminante en el camino, colega en el trabajo, espectador en el teatro del mundo a la par que actor. Eso solo, nada más y nada menos: un ser humano, cargado genéticamente de vida atávica y diligente, portador de ella para tus descendientes biológicos; espiritualmente, hijo de Dios, misionero y apóstol.

Autor-propietario.23.06.1 999
Publ. J.Teodoro Pérez'Febrero'2012